Empleado desde el sofá

Estimados, estimadas, curiosos, cotillas y gentucilla aficionada al “pasaba por aquí”: después de cuatro meses parado, he decidido dejar de redactar cartas de suicidio y dedicar ese valioso tiempo entre envío masivo de curriculumses en escribir otras cosas que no me hagan recordar que igual ese curso de community manager que hice gratis y a distancia no abría tantas puertas como se pensaba. Es así como se me ha ocurrido (bueno, ocurrido no exactamente… más bien amenazado por mi particular y querida panda de groupis que pacientemente se leen mis kilométricos correos donde doy cuenta de mi monótona vida, (y que en un ejercicio de exhibicionismo están reunidos aquí) la novedosa y nada recurrente para un periodista idea de escribir un blog.

¿Y qué tengo que ofrecer al mundo desde este minúsculo trastero virtual? Pues básicamente darle salida a toda esa diarrea mental que se almacena día a día en mi sana cabecita en un intento desesperado por ser útil en esta vida (es decir, encontrar trabajo, pareja y esa salud que quedó atrás en una ciudad alemana), eso y poder rellenar el espacio “página web” en todos esos cuestionarios tan divertidos de las páginas de trabajo con algo más que “hubo un tiempo que tuve fotolog”..

Es así como, día a día en un principio, después unos cuantos a la semana, para acabar en un “igual este mes toca actualizar la página”, iré desgranando no mi vida, que en realidad tiene la misma importancia para esta humanidad que ese carnet de puntos que te sacaste del supermercado un día porque la cajera te pareció buen gente, sino la de uno más de los seis millones de parados de este país que cada día se levanta a las ocho de la mañana con la esperanza de poder demostrar que valen para algo. Y como también tengo conocimientos de marketing (gracias a otro curso gratuito), con sus vídeos de gatos, sus fotos de instagram donde expresar un bello sentimiento del alma mediante el encuadre de un plato de lentejas, y esa imprescindible explicación de por qué he amanecido un miércoles con un pijama de hello kitty y esa notificación del Excmo. Ayuntamiento de Barcelona instándome a ayudar a las arcas municipales para pintar los pasos de cebra.

Espero que mis sermones os ayuden no sólo en la búsqueda de trabajo quién lo necesite, sino al menos para pensar “podría ser peor”… y dando muestra de mis referentes culturales no que queda más que despedirme con un “agradecido, emocionado, gracias por venir”

Pdt: el nombre hace referencia, obviamente, a mi posición dentro de esos seis millones de gente sobradamente preparada para un gobierno que sobra, pero también a mi pasión por la música y de la que iré dejando buena cuenta en cuanto tenga ocasión (más allá de mi otro fallido blog de música, cuánto cadáver virtual he ido dejando estos últimos años…), porque yo también como tantos he sido llamado a las filas de la insurrección.